
Según un estudio publicado por la Royal Society de Londres, los homínidos desarrollaron la capacidad de caminar erguidos hace 3,7 millones de años. El grupo de científicos ha basado sus conclusiones en unas huellas prehistóricas localizadas en Tanzania.
Los vestigios hallados en el yacimiento de Laetoli (Tanzania), han llevado a los expertos a determinar que los Australopithecus afarensis que por entonces poblaban la región, apoyaban su peso en la parte delantera del pie, como hacemos los humanos actuales. De esta forma, y según se propone en la investigación, estos homínidos caminaban erguidos y no encorvados como los chimpancés o lo gorilas, que apoyan el peso en la parte media del pie.
La simulación por ordenador ha ayudado a los científicos a representar las pisadas de los antiguos pobladores de la zona, aunque no ha evitado la polémica. La antigüedad de las pisadas conservadas en barro al ser cubiertas por cenizas volcánicas, ha provocado que con el paso del tiempo se hayan deformado, generando el debate entre la comunidad científica sobre las conclusiones que de ellas se han obtenido.
Mientras los homínidos comenzaron a caminar sobre dos extremidades hace alrededor de seis millones de años, algunos investigadores defienden que la forma humana de andar, cargando el peso en la parte delantera del pie, se inició con el Homo erectus hace casi dos millones de años. El análisis de estos restos argumenta que el Australopithecus afarensis caminaba de forma más parecida a un ser humano actual que a cualquier primate bípedo.
El clima todavía se escribe libretas de papel

Conocer el clima y la meteorología de hace decenas, cientos y miles de años nos permite adelantarnos a posibles sucesos como glaciaciones, huracanes, deshielo, etcétera. Según un estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV), solo el 20 por ciento de los datos climáticos está en formato digital, lo que complica su estudio y anticipación ante futuros eventos meteorológicos.
"Si contáramos con todos los datos históricos registrados, podríamos evaluar con mayor fiabilidad con qué frecuencia pueden ocurrir estos fenómenos en el futuro". Explica Manola Brunet, investigadora del Centro para el Cambio Climático en la URV. Y es que, según un análisis llevado a cabo por esta científica, el 80 por ciento de los datos climáticos mundiales no están digitalizados.
Este problema es más grave en unas partes del mundo que en otras. En continentes como Sudamérica o África la situación es aún peor, según el estudio Climate Research, lo que pone de manifiesto la necesidad de recuperar la información registrada en soportes perecederos como cuadernos o libretas.
La situación en España
Sin embargo la situación en nuestro país no es tan grave. Como explican desde SINC, al igual que en algunos países del primer mundo como Canadá, Holanda, Noruega y Estados Unidos, en España se permite el acceso parcial a los datos históricos del clima. Otros estados, sin embargo, a pesar de ser países desarrollados y disponer de medios suficientes no siguen las recomendaciones de la Organización Meteorológica Mundial, desde donde se insta a compartirlos.
Según la investigadora, "no descifrar los mensajes que encierran los registros climáticos del pasado conllevará perjuicios socioeconómicos, ya que seremos incapaces de afrontar los impactos actuales y futuros asociados al cambio climático".
El nuevo cohete de la NASA para alcanzar el espacio profundo

La Agencia Estadounidense del Espacio y la Aeronáutica, realizó el 14 de julio una prueba del motor de su cohete de última generación J-2X. Se trata del primer paso de un proyecto encaminado a intentar llevar al ser humano más allá de la órbita terrestre, hasta el espacio profundo.
El motor J-2X, diseñado para iniciarse y reiniciarse en el espacio, usa hidrógeno y oxígeno líquidos como combustible. El propulsor es capaz de generar alrededor de 133.000 kilos de empuje para elevar una nave espacial en órbita terrestre baja o unos 101.000Kg para impulsarla hacia el espacio profundo, fuera de la órbita terrestre.
El ensayo, realizado en banco de pruebas en el Centro Espacial John C Stennis, en el condado de Hancock (Mississippi), tuvo una duración de 1,9 segundos. Se trata del primero de una serie de ensayos que se llevarán a cabo con el motor J-2X.
¿Cómo realizó Mendel sus experimentos?
El conocido como "padre de la genética", Gregor Mendel, es famoso por sus experimentos con guisante publicados en 1865 y 1866. Gracias a ellos este monje y naturalista austriaco sentó las bases de la genética convirtiéndose en una figura básica en la historia de la ciencia. ¿En qué consistían estos experimentos? Mientras que el fenotipo son aquellos caracteres que podemos distinguir a simple vista, como el color del pelo, la forma de los ojos, etcétera, el genotipo es lo que lo provoca, lo que genéticamente predispone al cuerpo humano a ser de una u otra manera. Básicamente, el fenotipo es la expresión del genotipo en un determinado ambiente. De este modo, Mendel decidió estudiar unos caracteres concretos de una especie de guisantes, Pisum sativum, para conocer más a fondo la genética de la planta del guisante.
En realidad la elección de esta especie determinada se basó, principalmente, en dos características que incluso en la actualidad son determinantes a la hora de llevar a cabo un experimento: el tiempo y el dinero. La Pisum sativum es una planta que tiene un tiempo de generación muy corto y un alto índice de descendencia, lo que permitía realizar muchos experimentos en muy poco tiempo. Además el coste era muy bajo al ser una planta común y poseía diversas variedades dentro de la misma especie, como son los colores de las semillas, la vaina, el tipo de tallo, etcétera.
Una vez elegida la planta modelo, Mendel evitó que ella misma se autofecundase eliminando las anteras (la parte terminal de los estambres de la flor) y controlando de esta manera los cruces que realizaría. Además, para controlar posibles híbridos de polen incontrolados, metió las flores en bolsas. Estas medidas le proporcionarían la seguridad de obtener resultados fiables de cara a la comunidad científica.
Cruces de guisantes
Una vez determinada la manera que le ofreciese una mayor seguridad en los resultados, el organismo modelo y los caracteres a estudiar (la forma y el color de las semillas, el color de la flor, el lugar y el tamaño del tallo y el color y la forma de la vaina), Mendel empezó a realizar los famosos cruces de guisantes. Primero cruzó dos variedades puras diferentes en uno o más caracteres para posteriormente autofecundar esta primera generación de vástagos. Y así sucesivamente. Además realizó cruzamientos recíprocos y retrocruzamientos para llegar a las conclusiones que le harían famoso: la Ley de uniformidad, la Ley de la segregación y la Ley de la segregación independiente.
Fuente muyinteresante.es
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