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viernes, 30 de mayo de 2014

Intel proyecta diseñar una camiseta ‘inteligente’


La tecnología wearable se proyecta en crear un gran sector de mercado para el futuro de las grandes compañías tecnológicas. Por tal motivo, este año se espera que 19 millones de productos de esta tecnología ‘vestible’ puedan ser comercializados en todo el mundo. Además, en 2018 serán 112 millones los dispositivos que se venderán, según estiman las principales consultoras.

Intel, fabricante de chips, a vislumbrado dicho futuro y quiere adelantarse en posicionarse en este atractivo nicho de mercado, por ello apuesta por el desarrollo de productos wearables para el presente año. Una de sus novedades estará relacionada con el diseño de una camiseta ‘inteligente’ que ha sido presentada por la compañía en la conferencia Code.

Intel proyecta diseñar una camiseta ‘inteligente’ que controlara la salud de los pacientes

Según revela los entendidos en la materia, el moderno dispositivo tiene como objetivo principal “monitorear” la salud de pacientes a través de “avanzados sensores integrados en el tejido de la camiseta”, según lo explica Brian Krzanich, CEO de la compañía fabricante del producto.

Las nuevas camisetas wearable aportarán datos tan importantes para la salud, tales como: la “velocidad de los latidos del corazón o sobre las emociones que sufre el usuario”. Asimismo, el nuevo gadget diseñado por Intel está fabricado para que esos sensores se puedan “comunicar con una aplicación instalada en el smartphone, a la que enviarían los datos recopilados”.

La nueva camisa hará su debut dentro de pocos meses y traerá con ella, una batería que no se podrá mojar, por lo que al lavar el gadget, los usuarios tendrán que acordarse de quitarla. Intel, por su parte, se dedicará a la fabricación de los sensores que se integrarán embebidos en el tejido de las camisetas del futuro.

Fuente: engadget.com




Google diseña un coche autónomo que no posee volante, solo sensores


Google piensa que es hora de dejar de probar su sistema de coche autónomo en otros modelos, y ha empezado a diseñar los suyos propios. El gigante de los buscadores acaba mostrar el primero de estos prototipos. Es un pequeño biplaza de formas redondeadas, y lo curioso es que no tiene volante, acelerador ni frenos, pues no los necesita.

A diferencia de los Prius y Lexus los coches híbridos con los que Google venia probando sus sistemas de seguridad y navegación, este primer prototipo propio no necesita de más interacción humana que la de definir un destino sobre Google Maps. En palabras de la propia Google:

“Estos conceptos serán muy básicos porque queremos aprender de ellos sobre la marcha. Simplemente llevarán a sus pasajeros de un punto A a otro B con solo pulsar un botón. Es un paso importante que va a transformar la seguridad en carretera y la movilidad para millones de personas”.

La idea de la compañía, con este prototipo, no pasa de momento por diseñar un deportivo espectacular. Por no tener, este modelo ni equipo de música. Tan solo tiene un botón de iniciar la marcha, otro de parar, y una pantalla donde se muestra la ruta. Sin embargo, la tecnología que lo hace posible sí que es revolucionaria. El coche cuenta con sensores que analizan cientos de objetos simultáneamente en 360 grados, y a 180 metros de distancia.

Google también ha hecho especial hincapié en la seguridad. “Sabemos que en algún momento el coche va a sufrir un choque, así que lo hemos diseñado para que sea suave” comenta Ron Medford, director de seguridad del proyecto y antiguo responsable del ministerio de transporte en Estados Unidos. El frontal, de hecho, es completamente deformable y está recubierto de espuma. La velocidad máxima es de 40 kilómetros por hora.

Google fabricará un centenar de estos pequeños prototipos a los que dotará de controles convencionales para dar más seguridad a sus pilotos. Las pruebas comenzarán dentro de poco en California, y es probable que aún se extiendan por un buen periodo (algunos años). Google no tiene, por el momento, ninguna intención de vender este coche al público. De hecho su idea tampoco es hacerlo en el futuro, sino ser socio de los fabricantes de automóviles para que sean ellos los que integren la plataforma cuando esté completamente preparada.

Fuente: gizmodo.com




Google inició las conversaciones para adquirir Dropcam, una firma especializada en cámaras de vigilancia


El sitio The Information indica que Google inició las conversaciones para adquirir Dropcam, una firma especializada en cámaras de vigilancia y seguridad para el hogar. Uno de los signos distintivos de la compañía que aparece en la mira del gigante de Mountain View es la capacidad de almacenar las grabaciones en la nube, pudiendo acceder a ellas desde cualquier dispositivo con conexión, vía streaming.

Según lo señala Tech Crunch, los productos de Dropcam son muy populares en tiendas online como Amazon y Apple Store. Por otro lado, si la operación se llevara a cabo, Google extendería su incursión en el campo domótico. Vale recordar que a comienzos del año en curso la firma del buscador anunció la compra de Nest, un fabricante de termostatos y detectores de humo conectados a Internet, la cual fundada en 2010 por ex ingenieros de Apple, desembolsando la suma de US$3.2 millones.

Google interesado en adquirir la empresa especializada en cámaras de vigilancia Dropcam

La oferta de Nest, cuyos productos Google ya vende en su tienda online, supone ahorro de energía en base al conocimiento de los hábitos de los usuarios, admitiendo un uso dinámico mediante gestos, lo cual representa un gran adelanto tecnológico con respecto a la competencia.

Siguiendo a Tech Crunch, el interés por la domótica no es exclusivo de Google. Otro peso pesado de la industria, Apple, dio cuenta recientemente de su incursión en el área de la mano de la plataforma “Smart Home”, que procura vincular diversos elementos del hogar (luces, electrodomésticos, etc.) con dispositivos iOS.

Fuente: cnet.com




Descubren en Marte un gran cráter de impacto de reciente formación


Unos investigadores han descubierto en el Planeta Rojo el mayor cráter de impacto producido recientemente que haya sido documentado de manera inequívoca, con imágenes del antes y del después, en cualquier parte (no sólo en Marte). La zona en la que está el cráter fue fotografiada antes y después de la aparición de éste por la sonda espacial MRO (Mars Reconnaissance Orbiter) de la NASA.

El impacto que lo creó, en algún momento del 27 o el 28 de marzo de 2012, fue precedido probablemente por una explosión en el cielo marciano causada por la intensa fricción entre la roca asteroidal que llegaba y la atmósfera del planeta. Esa explosión aérea y el impacto contra la superficie oscurecieron un área de ésta de unos 8 kilómetros de diámetro (unas 5 millas).

Hace un par de meses, Bruce Cantor, del equipo científico de la misión y que trabaja en Malin Space Science Systems, la empresa que construyó la cámara con la que se ha hecho el descubrimiento, se dio cuenta de un sutil pero intrigante punto oscuro cerca del ecuador, en una de las imágenes captadas en 2012.

Examinando otras imágenes del mismo lugar, constató que el punto oscuro estaba presente hace un año, pero no cinco años atrás. Entonces siguió buscando más, comprobando imágenes de unas 40 fechas diferentes, y acabó concretando el momento en que ocurrió el impacto; el punto no estaba ahí en una foto del 27 de marzo de 2012, pero sí en una del día siguiente.

Una vez se verificó que el punto oscuro era nuevo, fue objeto de observaciones adicionales. Éstas han revelado más de una docena de pequeños cráteres y dos más grandes, todos ellos agrupados en la zona, posiblemente creados por trozos del asteroide que explotó o por impactos secundarios de material eyectado desde los cráteres principales durante el impacto. Las observaciones también revelan muchos corrimientos de tierras que oscurecieron las pendientes de un área de 8 kilómetros a la redonda.

El cráter más grande, ligeramente alargado y que abarca un área de 48,5 por 43,5 metros (159 por 143 pies), es inusual y bastante llano comparado con otros cráteres jóvenes estudiados por Alfred McEwen, del equipo científico de la misión y que trabaja en la Universidad de Arizona en Tucson, Estados Unidos. Él estima que el objeto del impacto medía entre 3 y 5 metros de largo (de 10 a 18 pies), lo cual es menos de un tercio de la longitud estimada de la roca asteroidal que se zambulló en la atmósfera terrestre cerca de Chelyabinsk, Rusia, en febrero de 2013.

Fuente: noticiasdelaciencia.com

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