Búsqueda personalizada

sábado, 13 de diciembre de 2014

Descubren el grabado más antiguo


Un equipo internacional de científicos ha descubierto el grabado más antiguo del que se tenga conocimiento, hecho por el Ser Humano. El grabado fue realizado en la superficie de una concha, ahora fosilizada, encontrada en la isla de Java, y la antigüedad calculada es de entre 430.000 y 540.000 años. La impresionante acción tuvo que ser obra de un Homo erectus.

El descubrimiento es el ejemplo conocido más antiguo de humanos primitivos creando de forma deliberada patrones artificiales sobre una superficie. El hallazgo hará reescribir capítulos importantes de la historia humana, tal como señala Stephen Munro de la Escuela de Arqueología y Antropología en la Universidad Nacional Australiana, miembro del equipo de investigación que ha hecho el descubrimiento.

Esta es además la primera vez que se encuentra una prueba de un Homo erectus comportándose de esta forma.

El grabado recién descubierto se parece a los que previamente eran los más antiguos conocidos, y que están asociados ya sea a neandertales o a humanos anatómicamente modernos de hace unos 100.000 años.

Tan temprana fecha para el grabado ahora estudiado y el lugar del descubrimiento en Java excluyen la posibilidad de que el grabado pueda ser el trabajo de neandertales o humanos anatómicamente modernos, y sitúan en cambio esta y otras grandes conchas de moluscos bivalvos, así como las herramientas usadas para el grabado, en las manos del Homo erectus. Es obvio que ello cambiará el concepto que se ha venido teniendo de esta especie primitiva.

No está claro si el patrón grabado servía para algún propósito práctico o fue solo una manifestación artística.

La concha fósil de mejillón fue encontrada hace cien años, pero solo recientemente fue posible advertir en ella la presencia de estos patrones en zigzag grabados de manera artificial.

El equipo internacional que ha hecho los análisis ha llegado a la conclusión de que el Homo erectus abría las conchas agujereándolas con un diente de tiburón, exactamente en el punto de unión del músculo. La perforación del músculo y su consiguiente destrucción ocasionan que las valvas de la concha se abran, permitiendo así comer su contenido. Es una prueba de que el Homo erectus explotó de manera bastante experta estos recursos alimenticios acuáticos, y encaja con otras evidencias de que probablemente obtenía alimentos dentro y alrededor del agua.




Explicación para el misterio de las dunas de Titán


Titán, la luna más grande de Saturno, es un lugar peculiar. A diferencia de cualquier otra luna, posee una atmósfera densa, con una presión 1,4 veces superior a la terrestre. Tiene ríos y lagos hechos de componentes del gas natural, como el etano y el metano. Dispone también de dunas formadas, modeladas y empujadas por el viento que tienen cientos de metros de alto, unos 2 kilómetros de ancho y cientos de kilómetros de longitud, a pesar de que los datos sugieren que el astro experimenta solo ligeras brisas.

Así pues, ¿cómo pueden existir tales dunas? ¿Y cómo pueden desplazarse?

Se sabía que las dunas de Titán empiezan a formarse cuando el viento recoge partículas sueltas del suelo y las acaba agrupando en la dirección en que sopla. Un aspecto clave para conocer qué circunstancias exactas favorecen la formación de las dunas en un lugar es identificar el umbral de la velocidad del viento a partir del cual las partículas de la duna empiezan a moverse. Los geólogos han averiguado cuáles son los umbrales de velocidad para la arena y el polvo bajo diversas condiciones en la Tierra, Marte y Venus. Pero en el caso de Titán, los datos han sido contradictorios.

El enigma parece que por fin se ha aclarado

Ya de por sí estudiar dunas tan exóticas como las de Titán es un reto difícil. Sobre Titán, donde la temperatura en la superficie alcanza los 179 grados centígrados bajo cero (290 grados Fahrenheit bajo cero), incluso la “arena” es muy diferente a la de la Tierra, Marte o Venus. A partir de las observaciones de la sonda Cassini y de otros datos, los científicos creen que se compone de pequeñas partículas de hidrocarburos sólidos (o de hielo recubierto de hidrocarburos), con una densidad de aproximadamente un tercio de la que posee la arena terrestre. Además, la fuerza de gravedad de Titán es baja, más o menos una séptima parte de la terrestre. La baja densidad de las partículas y la poca gravedad hacen que el peso de las partículas sea de solo un 4 por ciento del de la arena terrestre, o casi tan ligeras como granos de café liofilizados.

Un equipo de científicos encabezado por Devon Burr, de la Universidad de Tennessee en Knoxville, y en el que también han trabajado Nathan Bridges, de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, y James K. Smith, de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, las tres instituciones en Estados Unidos, llevó a cabo experimentos minuciosos en un túnel especial de viento instalado en esta última universidad. Dicho túnel ya fue utilizado en ocasiones anteriores para investigaciones sobre vientos extraterrestres. Una vez adaptado el túnel para reproducir las condiciones reinantes en Titán, teniendo en cuenta no solo la acción de los vientos por sí mismos sino también el papel del campo gravitatorio de esa luna, la densidad de su atmósfera y otros rasgos, los experimentos permitieron ver qué ocurría bajo diferentes escenarios hipotéticos.

La conclusión es que, en contra de lo que se ha venido creyendo hasta ahora, hay en Titán vientos más fuertes que el máximo de lo considerado posible. Los autores del nuevo estudio han determinado que las estimaciones anteriores sobre cómo de rápido necesitan soplar los vientos para mover las partículas del tamaño de granos de arena en Titán son entre un 40 y un 50 por ciento demasiado bajas.

Los nuevos experimentos muestran que, cerca de la superficie de Titán, las partículas del tamaño de granos de arena que se mueven más fácilmente necesitan vientos de al menos 1,4 metros por segundo (3,2 millas por hora) para empezar a desplazarse.

Puede seguir pareciendo extraño que un viento con una velocidad que en la Tierra consideraríamos suave sea capaz en Titán de forjar y desplazar sus espectaculares dunas. Aquí entran en juego otras de las características exóticas del astro, acabando de explicar el enigma. A la consistencia del viento, que es más grande que la de cualquiera de los terrestres por ser la atmósfera de Titán más densa que la de la Tierra, se le suma la citada fuerza de gravedad menor que la de nuestro mundo. Estos dos factores principales hacen que el poder del viento en Titán sea muy superior al que tendría en un escenario más similar a los de la Tierra.

Este enigma parece pues estar resuelto. Sin embargo, ahora sobresale otra rareza: El patrón de las dunas en Titán muestra que a pesar de que los vientos dominantes soplan desde el Este, las dunas parecen modeladas por vientos del Oeste, que circulan con una frecuencia muy inferior.

Por otra parte, si las partículas de las que están hechas las dunas de Titán son pegajosas, el viento capaz de moverlas deberá ser bastante más fuerte de lo ahora asumido. Y esto a su vez aumentará el llamativo contraste de fuerzas entre el viento suave y común procedente del Este, y el raro viento violento proveniente del Oeste.

Fuente noticiasdelaciencia.com


Demuestran que los melocotones infectados con el hongo Monilinia no se pudren si son tratados con microondas


Una investigación española, liderada por el centro de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) en Cataluña, demuestra que los melocotones infectados con el hongo Monilinia no se pudren si son tratados con microondas. Tras tres años de ensayos, los investigadores han logrado eliminar el hongo sin afectar a la calidad de la fruta.

El hongo Monilinia es la principal causa de podredumbre de las frutas con hueso. Sin embargo, la Unión Europea prohíbe el uso de fungicidas químicos una vez recolectadas las frutas. Un equipo del IRTA-Fruitcentre, en colaboración con la Universidad de Lleida, en España, ha realizado una serie de experimentos para que la fruta no pierda su frescura después de la cosecha.

"Si el melocotón viene ya infectado del campo y llega a la central de fruta y no está aún podrido, lo estará en cuatro días", declara Josep Usall, investigador de Patología de Poscosecha del IRTA y autor principal de varios estudios relacionados con este trabajo, el más reciente publicado en Innovative Food Science and Emerging Technologies.

La investigación, que ha supuesto más de tres años de ensayos, ha utilizado la tecnología de microondas para calentar melocotones sumergidos en agua a 40 ºC durante 50 segundos y de forma continua. Los resultados demuestran que se elimina el hongo y sin producir daño alguno a la fruta.

Los investigadores realizaron los experimentos en el centro del IRTA de Monells en Girona, que dispone de un microondas industrial. Como el microorganismo es sensible a la temperatura, "si lo pasas por este tratamiento de calor, la fruta no se pudre y el proceso no resulta agresivo para ella", destaca Usall.

El equipo de investigación probó la eficacia del tratamiento en frutas de diferente tamaño y peso así como en diferentes momentos de la infección por el hongo. Según Usall, al aplicar la tecnología de microondas con la fruta sumergida en agua, "el efecto es más rápido y evita posibles daños en la fruta".

Al calentar una fruta más pequeña durante 50 segundos, los científicos consiguieron controlar mejor la podredumbre. La eficacia de la tecnología de microondas disminuyó cuando se aumentó el tiempo entre la inoculación y el tratamiento. Sin embargo, cuando el tratamiento ascendió a 60 segundos, el control de la pudrición fue mayor, y "no varió la eficacia del tratamiento sobre la fruta".

Gracias al apoyo del departamento de Agricultura de la Generalitat de Cataluña, los científicos pudieron realizar el diseño del prototipo especial de microondas para este tipo de tratamiento. Pero, de momento, solo es virtual.

Para el grupo de investigación, la siguiente fase del proyecto es construir un prototipo para comercializarlo y que las centrales de fruta lo puedan incorporar a su línea de clasificación.

"Este tratamiento sería útil para diseñar equipos específicos que traten y controlen grandes cantidades de fruta en menos tiempo sin que ello afecte a su eficacia ni a la calidad de la fruta", concluyen los autores en el estudio.

Fuente: IRTA


Determinan cómo ocurre la combustión de distintos materiales en condiciones de gravedad reducida


Determinar cómo ocurre la combustión de distintos materiales en condiciones de gravedad reducida o en un ambiente completamente confinado, es el principal objetivo de esta investigación desarrollada por el Energy Conversion & Combustion Group, EC2G, del Departamento de Industrias de la Universidad Técnica Federico Santa María (Chile) y que busca convertirse en una alternativa para prevenir los incendios que se generan en naves o instalaciones espaciales.

El interés por abordar este tipo de temáticas nace luego del incendio ocurrido en la estación especial MIR. A raíz de esto, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), y la Agencia Europea del Espacio (ESA), buscan determinar las causas reales de este siniestro, dado que los materiales presentes en la nave fueron testeados para no ser inflamables. No obstante, los primeros resultados de las pesquisas de inmediato determinaron que las pruebas realizadas a dichos materiales no fueron las adecuadas, en virtud que los testeos fueron realizados en gravedad normal.

Según detalla Andrés Fuentes, académico del Departamento de Industrias de la USM, el contar con condiciones de gravedad reducida o con un ambiente completamente confinado, se traduce en que la llama se propague de manera distinta, provocando además que la tasa de oxigeno disponible en el momento que ocurre la combustión se reduzca drásticamente. “Es importante destacar también que este tipo de procesos ocurre a escalas de movimiento bastante pequeñas y que son inaccesibles con los actuales sistemas de diagnóstico, no obstante la ausencia de gravedad es el escenario ideal para el estudio de la combustión, ya que permite hacerlo de forma más precisa”, precisó.

En base a lo anterior, el experto explica que, “para tratar de determinar cómo ocurre la combustión en gravedad reducida, el primer paso es recrear condiciones donde la gravedad sea nula, sin embargo existen muy pocos dispositivos para lograr aquello. Entre las alternativas que se disponen en la actualidad –aunque son muy poco accesibles–, destacan experimentos en la Estación Espacial Internacional, ISS, la utilización de vehículos que trasladan pertrechos espaciales o un cohete sonda, además de una torre de caída libre en la que se debe generar el vacío que permita recrear condiciones de microgravedad excepcionales”.

En el caso de esta investigación, se recrean condiciones de gravedad reducida a través de vuelos parabólicos, técnica que se puede resumir en el desarrollo controlado de una parábola que comienza a una altura aproximada de 6.000 metros de altitud para terminar en 8.500, en un avión de gran envergadura y especialmente adaptado para llevar a cabo experimentos en su interior.

“Durante cada parábola los pilotos e ingenieros a cargo de la maniobra se preocupan de anular todas las fuerzas ejercidas sobre la aeronave dejando presente solo el peso del avión, logrando con esto que se encuentre en caída libre y en consecuencia se recrean solamente 22 segundos de microgravedad, pero suficientes para realizar al menos un experimento de combustión”, destaca Fuentes.

Distintas investigaciones en torno a este tema, revelan además que uno de los elementos que favorece la propagación de un incendio es la radiación que emite la llama y que se debe principalmente a las nanopartículas sólidas y calientes que se generan en su interior y que se conocen con el nombre de hollín.

En base a lo anterior, añade el académico, “es que el presente estudio se centró en analizar cómo se formaba el hollín al interior de este tipo de llama y cómo su radiación es liberada por la zona de combustión, generando de paso un modelo físico que permite comprender cómo este hollín se forma y oxida, y, además, cómo libera energía por radiación e interactúa con el mismo combustible que se está quemando”.

Actualmente, en el seno del EC2G, se están desarrollando modelos numéricos cuyos resultados son comparados con los datos experimentales recopilados en más de 1.500 parábolas realizadas por integrantes del grupo a bordo del avión A300 Zero-G de Novespace.

Es importante destacar también que la NASA y la ESA están sumamente atentas a los avances de esta investigación, dado que particularmente se estudia una configuración de combustión que por ahora es la más representativa de un incendio en condiciones de gravedad nula.

Fuente: USM/DICYT

No hay comentarios:

Publicar un comentario