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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Un robot asistente que ya está funcionando en Estados Unidos



La robótica está avanzado a pasos agigantados y todo apunta a que terminarán formando parte de nuestras vidas. Dejando de lado el debate ético que implica, la ciencia-ficción y el mundo de Hollywood está apoyando su rápido crecimiento y dando algunas ideas de lo que tendremos en el futuro. Como ejemplos, Autómata, Her u otras muchas más.

Robots asistentes ya existen en algunos lugares muy concretos, como en museos u hospitales y son Lowe's Innovation Labs y Fellow Robots las compañías que están probando Oshbot, su último robot asistente. Se trata de un conjunto de tests a pie de calle, concretamente en una tienda de bricolaje en San Jose, California.

Las dos unidades de Oshbot son capaces de interaccionar con los clientes de múltiples formas: su pantalla táctil permite visualizar un catálogo de productos que el robot asistente es capaz de localizar e identificar, algo perfecto para que 'te acompañe' en caso de tratarse de una tienda que ocupe un gran área (¿alguien más está pensando en Ikea?), pero también puede mantener una conversación con el cliente en varios idiomas gracias a su software de reconocimiento. Habrá que ver hasta qué punto puede suplir a un humano por ejemplo en lo relativo a las recomendaciones de productos, algo generalmente con una alta carga de subjetividad.

En cuanto a las características técnicas, Oshbot es un robot de metro y medio de estatura, 39 kilogramos de peso y apariencia plenamente robótica precisamente ideada para identificarlo como tal. Dispone de escáneres 3D, sensores láser, micrófonos, altavoces, sensores de colisión, conexión inalámbrica y un conjunto de software, heredado de su anterior Holoroom, que permite crear el inventario de una tienda. Sí, Oshbot es capaz de 'recorrer' un establecimiento identificando tanto los productos como su localización, como si de un Wall-E se tratase pero intercambiando las pilas de basura por productos de una tienda física.

¿Es éste el futuro que nos espera?

Pues ciertamente, y aunque a muchos no les guste, parece que sí. Por supuesto es aún una tecnología muy verde como para masificarse en el mercado y hay muchos aspectos en los que los robots necesitan mejorar todavía más. El margen de evolución es significativo, pero sin duda alguna es la meta que muchas de las compañías desarrolladoras tienen en sus respectivas cabezas.



Por ahora es inviable pensar en que un robot pueda reemplazar completamente a un ser humano; sin embargo sí pueden hacerlo en tareas puntuales y concretas como por ejemplo en grandes fábricas (estamos acostumbrados a verlos en las de los automóviles), o más recientemente también en los hospitales como mecanismo de precisión para los cirujanos. En otras palabras: que han venido para quedarse, así que habrá que hacerles un hueco en nuestras vidas.

 Vía | Gizmag



Estos diminutos robots son expertos nadadores cuando se trata de moverse por tu sangre


La idea de unos diminutos robots que son capaces de moverse por nuestros fluidos, ya sea sangre o incluso los globos oculares no es algo nuevo en la ciencia ficción. Y aunque se han ido dando pasos esperanzadores en el campo de la medicina, los obstáculos asociados a lo pequeños que deben de ser estos robots y las peculiaridades de los fluidos corporales, no han permitido avanzar demasiado en esa dirección. Hasta ahora.

La mayoría de fluidos de nuestro cuerpo, la sangre principalmente, son de tipo no newtoniano, por lo que su viscosidad no es constante y varía con la temperatura y la presión. Pero eso no es un obstáculo para los pequeños robots creados en el Max Planck Institute for Intelligent Systems en Alemania, los cuales recurren a un movimiento tan simple como el que usan los moluscos para desplazarse en el medio marino. Este movimiento no serviría en un fluido como el agua pero es perfecto para uno no newtoniano.

El resultado son robots casi invisibles a la vista que además no se mueven exclusivamente con la ayuda de campos magnéticos como hasta ahora se usaba, sino que están preparados para avanzar por nuestra sangre por sí mismos guiados por luz, sonido o incluso una determinada reacción química que provoquemos en una determinada zona de nuestro cuerpo con medicinas que administremos al paciente.

El diseño tan sencillo de dos alas o conchas unidas de forma básica se puede conseguir de forma muy asequible con ayuda de impresoras 3D. Esas conchas, fabricadas de silicona, tienen una anchura 8 veces la del grosor de un cabello humano y un grosor de no supera el de tres cabellos.



Zoobotics propone construir robots de cartón con Zuri


Zuri es un robot programable y compuesto por módulos, como muchos que están floreciendo en la industria, pero cuenta con la particularidad de utilizar el cartón como principal material.

Cuando hablamos de robots, lo habitual es pensar en algo metálico o plástico, pero los alemanes de Zoobotics proponen un sistema de confección de la criatura estilo DIY, o lo que es lo mismo, un "hazlo tú mismo" con módulos de cartón.

Existen multitud de variaciones en el diseño - hasta doce -, condicionados por los elementos que vayamos a utilizar. Por lo pronto tenemos un módulo central de dos tipos, hexagonal o un largo octógono. Ahí se aloja el cerebro y gran parte de la maquinaría: mecanismos, controladores, o un módulo Bluetooth (podemos controlarlo vía smartphone).



Por otra parte tenemos las patas articuladas y motorizadas, que pueden tener dos longitudes. Todos los elementos cuentan con una estructura externa y de soporte creada con cartones, que nosotros mismos podemos ensamblar.

Aunque actualmente más que un prototipo, Zoobotics ve a Zuri en entornos educativos, como herramienta para enseñar los primeros pasos en robótica. Ahora, como muchos otros proyectos, andan buscando financiación.

Vía | NotCot Imágenes | Daniel Kocyba



Así son los robots que operan en los hospitales más modernos


Si la próxima vez que entres a un quirófano te parece estar en una película de ciencia ficción, no temas. Los robots que verás son en realidad claves para tu intervención pues actuarán como cirujanos.

En el Hospital Clínic de Barcelona hemos conocido de cerca cómo es DaVinci XI, uno de los robots llamados a mejorar cómo se realizan determinadas operaciones con el objetivo de que éstas sean lo menos invasivas posible para los pacientes. El robot que hemos visto de cerca es capaz de percibir tres dimensiones y sus cámaras endoscópicas (presentes en el extremo de todos sus brazos) tienen una definición 1080p.

Robots para que el impacto al paciente sea el menor posible

Conseguir que las intervenciones quirúrgicas sean cada vez menos invasivas para los pacientes es el principal objetivo y ventaja del robot Da Vinci XI, según nos indican los doctores del Hospital Clínic. Más allá de utilizar brazos a los que nos les tiembla el pulso, que no sudan, que no se ponen nerviosos o no tropiezan con el instrumental, este robot quirúrgico permitirá algo que hasta ahora era imposible: intervenir dolencias como un cáncer de esófago haciendo una sola incisión. Hasta ahora se han hecho tres, algunos robots permiten hacer sólo dos, y el Da Vinci XI permitirá con una futura actualización hacer sólo una.

Eso, a su vez, significa menos hemorragias, una recuperación más corta para el paciente y una estancia menor en el hospital. El doctor Antonio de Lacy nos ilustra la dimensión de este avance en la cirugía robótica de esta manera: imaginémonos que todos los robots han sido coches, que cada vez han tenido más potencia y más seguridad para viajar por carretera. El Da Vinci XI es capaz de navegar por el mar, y próximamente podrá volar. Es el coche de James Bond, vamos. Y es de esperar, porque cuesta la friolera de dos millones de euros.

El mismo De Lacy nos ha puntualizado que no se trata de reemplazar el trabajo de cirujanos expertos: éstos de hecho entrenan con ayuda de un curso para poder utilizar el robot quirúrgico como herramienta que minimice la intervención al paciente. Además, este avance dará lugar a operaciones que nadie se ha planteado hacer con manos humanas.


Un quirófano digno de las naves de Star Trek

El quirófano donde han instalado el Da Vinci XI tiene todo el espacio necesario para los brazos, la CPU y las pantallas que incluye.

Ha sido algo complicado, pero tras obligarme a disfrazarme de doctor el personal hospitalario nos ha permitido acceder al quirófano en el que se encontraba el Da Vinci XI. Y esperaba un quirófano lleno de brazos robóticos precisos y material informático, pero además de eso me he topado con una sala digna de ser el puente de la Enterprise: LEDs con luces de diferentes tonalidades, un buen número de pantallas que enfocan la operación para todo el personal y una CPU que bien podría estar en un centro de datos de Google.

Y en el centro, la camilla con el paciente. El robot no lo hace todo solo, pero sí que como podéis ver en las imágenes preside la sala con sus cuatro brazos independientes. Cada uno de ellos cuenta con varias articulaciones (que permiten giros de hasta más de 500 grados), y las cámaras de sus puntas permiten ver fácilmente el riego sanguíneo del paciente con luz fosforescente.

Las máquinas invaden nuestros hospitales

El Da Vinci XI es el último avance en robótica para quirófanos, pero como hemos dicho no es el único ejemplo. Tenemos 24 robots semejantes en España (cinco de ellos en Cataluña repartidos en la clínica Quirón, el Vall Hebron, Bellvitge, Puigverd y este de Hospital Clínic) repartidos en los quirófanos de los hospitales más destacados del territorio.

Hace ya doce años, por ejemplo, que en el hospital San Agustín de Avilés implantan prótesis con la ayuda de un ordenador. Es más, las primeras intervenciones datan del 1999 en Alemania y en 1985 se usó un robot para introducir una aguja en un paciente en el Imperial College de Londres, así que la robótica no es precisamente una novedad en la sanidad. Sólo que ahora está dando un salto cuantitativo y cualitativo importante.

Cada robot está pensado para un conjunto diferente de operaciones, pero cada vez son más: cardiología, electrofisiología, intervenciones rectales y gastrointestinales, urología, neurocirugía, ginecología, ortopedia y transplantes de órganos... poco a poco estos robots no sólo con capaces de ser más precisos en los momentos clave de una operación sino que además nos dejan salir del hospital en tiempo récord. Incluso otros robots nos cuidarán antes de hacerlo.

El futuro, desde luego, pasará por máquinas más precisas, más fáciles de utilizar y que cada vez necesiten de menos asistencia. Sin llegar al alarmismo de máquinas completamente autónomas, esto optimizará la eficiencia de los hospitales mientras salva vidas en el proceso. No lo dudo: quizás sea la precisión y el pulso de un robot el que me saque de un buen apuro en los próximos años. Aunque por supuesto espero pisar un hospital lo menos posible.



Fuente xataka.com

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